Componen a un matrimonio judío en “Graduados”, la ficción más vista del año. Aseguran que son como padres de familia normales, que se quieren, se pelean y tienen problemas con sus hijos. Ahora, la trama los tiene coqueteando con el intercambio de parejas.
“Ahora, como dos enamorados”, propone él una pose para la sesión de
fotos en Telefé. Y juntan cachete con cachete, sonriendo para la cámara.
“Ahora, un trencito”. Y la abraza desde atrás, siguiendo con el juego.
Roberto Carnaghi y Mirta Busnelli son pareja en la ficción. En Graduados
(lunes a viernes, a las 21.15) son Dana Blatt de Goddzer y Elías
Goddzer, un matrimonio judío de muchísimos años. De esos que se quieren,
discuten, se odian, se soportan, se perdonan y se vuelven a querer.
En
el programa, tienen dos hijos, Andy (Daniel Hendler) y Gaby (Violeta
Urtizberea). En las últimas semanas, hubo un gran giro en la trama.
Elías se enteró que es abuelo de Martín (Gastón Soffritti), producto de
una relación juvenil entre su hijo y Loli (Nancy Dupláa). Además, la
pareja Goddzer -quizá para reavivar la pasión- muestra interés en el
intercambio de parejas. Carnaghi y Busnelli analizan con Clarín
los por qué del éxito del programa -es la ficción más vista de la
televisión-, las claves para componer a la pareja y del debut como
abuelos en la tira.
Fue muy comentada la escena en la que te enterás que tenés un nieto. ¿Por qué pensás que gustó tanto?
Carnaghi : La sorpresa no fue a nivel actoral, sino la recepción de la gente. Creo que el público que nos mira está conectado a la familia. Recién me encontré con una compañera que me dijo: “Llegué a casa y vi a mi marido llorando por esa escena”. Un nieto es casi un hijo, la prolongación de uno. Pasó algo más de lo que esperábamos.
Carnaghi : La sorpresa no fue a nivel actoral, sino la recepción de la gente. Creo que el público que nos mira está conectado a la familia. Recién me encontré con una compañera que me dijo: “Llegué a casa y vi a mi marido llorando por esa escena”. Un nieto es casi un hijo, la prolongación de uno. Pasó algo más de lo que esperábamos.
Busnelli : Cuando
la gente tiene hijos grandes, pasa mucho tiempo sin tener contacto con
un bebé. Yo no tengo nietos, pero siempre digo que en una reunión de
adultos falta algo si no hay niños. Cuando tuve a mi hija, viví la mayor
conmoción de mi vida. Y creo que algo de eso se vio en la ficción.
En
la ficción, ustedes son un matrimonio judío, pero en la composición
buscan alejarse de los estereotipos. ¿En quiénes se inspiraron para
lograr ese equilibrio?
Carnaghi : Si bien somos un matrimonio judío, no hemos abordado en la ficción el costado religioso. Somos una pareja como cualquiera, que se pelea, se quiere y tiene problemas con los hijos. El toque de humor lo da ella con el tema de la comida. Las madres judías tienen eso. Es conocido que una madre judía dice: “Si no comés, me muero”. Y la italiana amenaza: “Si no comés, te mato”.
Carnaghi : Si bien somos un matrimonio judío, no hemos abordado en la ficción el costado religioso. Somos una pareja como cualquiera, que se pelea, se quiere y tiene problemas con los hijos. El toque de humor lo da ella con el tema de la comida. Las madres judías tienen eso. Es conocido que una madre judía dice: “Si no comés, me muero”. Y la italiana amenaza: “Si no comés, te mato”.
Busnelli : En algún punto, los dos personajes me parecen monstruosos.
Carnaghi : ¿Monstruosos? ¿Por qué decís eso? Busnelli
: El eje de la educación de Elías fue el dinero, ganarlo y no gastarlo.
Es mezquino y víctima también de esa mezquindad. Pero lo bueno es que
la tira muestra que no todo lo mide en plata; es también un tipo con una
gran potencia afectiva. El lado monstruoso también aparece cuando
quiere conseguirle un novio para la hija sin tener idea de su vida y sin
darse cuenta de que no es su tarea como padre. En definitiva, estamos
haciendo una comedia, que muestra la debilidad y las careteadas de las
personas.
Otra de las nuevas aristas de los personajes es el interés por el intercambio de parejas. ¿Cómo tomaron ese giro en la comedia?
Carnaghi : Cuando hacés un programa diario, nunca tenés noción de cuál es la historia completa. Entonces, no te preocupás tanto por los libros y sí por dónde va tu personaje. Creo que no cualquier pareja llega a ser swinger. Es un arreglo de dos personas...
Carnaghi : Cuando hacés un programa diario, nunca tenés noción de cuál es la historia completa. Entonces, no te preocupás tanto por los libros y sí por dónde va tu personaje. Creo que no cualquier pareja llega a ser swinger. Es un arreglo de dos personas...
Busnelli : En realidad, de cuatro.
Carnaghi
: Sí, claro, de cuatro. Hay otras parejas que no se permiten esas
libertades y se engañan. Hoy en día, son cuestiones que se pueden
discutir; en otro momento, hubiese sido motivo de pelea. Y sé también
que hay muchos ratones sobre el tema.
Busnelli : Los
nuestros son personajes conmovedores y muy pequeños. El intercambio de
parejas es un tema grosso y difícil y la tira lo trató por arriba, pero
va más allá. Es una transgresión legalizada. Nuestra pareja, además,
generó otras cosas. Por ejemplo, dos hijos que son grandes y que todavía
viven en la casa.
“Graduados” es la ficción más vista de la TV argentina. ¿Cuáles, creen, son las claves del éxito?
Busnelli : Una de las virtudes es la unión de varias generaciones. El programa se remonta a la década del 80 y genera identificación con la gente que ahora tiene 40 años. A su vez, también cuenta la historia de sus padres. Y siento que hay una afinidad entre los actores, una manera común en la forma de ver la actuación.
Busnelli : Una de las virtudes es la unión de varias generaciones. El programa se remonta a la década del 80 y genera identificación con la gente que ahora tiene 40 años. A su vez, también cuenta la historia de sus padres. Y siento que hay una afinidad entre los actores, una manera común en la forma de ver la actuación.
Carnaghi : Tenés mucha razón.
Hay una mirada afín, aunque seamos de distintas generaciones. Pienso en
ella, en Juan Leyrado, Daniel Hendler o Luciano Cáceres. Hay una crítica
que puedo hacerle a la televisión: se ven ficciones en las que dos
tipos pueden estar hablando de la muerte de la madre y del baile de la
noche con la misma intensidad. Todo es igual. Es una gran diferencia con
lo que ocurre acá.
Busnelli : Después está la cosa del
rating. Acá, ese tema no nos ocupa mucho la charla. No nos sentamos a
comer para hablar del rating. Hablamos del programa, de los personajes y
de cómo encararlos.
Quizá no hablan del rating simplemente porque les va bien...
Busnelli
: Obvio que sí. Este programa no es revolucionario, pero sí está muy
bien hecho y está marcando una tendencia. A partir del éxito Graduados , se marcó a cierta televisión que ya quedó vieja.
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