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Un día en la vida de... Mirta Busnelli

Sábado 11 de marzo de 2006


Actuación, delivery, una hija


Para la actriz “la hora no importa” los domingos; así, se va a un bar y despliega todos los diarios

Junto a la ventana del bar, a Mirta Busnelli le resaltan los ojos turquesa oscuro. "A veces en televisión no se ven, cambian mucho con la luz. Me dijeron que en el capítulo de Mujeres asesinas que estoy grabando se van a lucir. Ahí voy a interpretar a una muerta, y la asesina es mi hija. Es impresionante, pero está muy bien hecho. Miro a menudo el programa", comenta Mirta Busnelli, protagonista de la exitosa Nunca estuviste tan adorable, obra escrita y dirigida por Javier Daulte que combina comedia, melodrama y musical.

Cuenta que su vida no es rutinaria y, mientras espera la llamada de su hija Anita, aclara que prefiere fotos sin celular en mano. "Queda horrible. En el día hago cosas más interesantes que hablar por teléfono." Entonces entra su hija adolescente –ojos y uñas azules, remera desbocada– y se suma a la charla.

Busnelli y Anita Pauls (hija del productor de cine Axel Pauls, media hermana de Alan, Cristian, Gastón y Nicolás Pauls) viven en un departamento de Palermo bien provisto de plantas, y se llevan de maravillas. "Ultimamente estamos viajando mucho, y ella está dando los primeros pasos en la actuación. Yo la observo, pero no me meto. Hacemos una vida supuestamente normal, aunque con el teatro los horarios son especiales. De todas formas pasamos bastante tiempo en casa y nos manejamos bien con el delivery: pedimos comida casera, japonesa, helado (ella light, ya que siempre da cátedra sobre calorías), y miramos películas..."

Busnelli se levanta alrededor de las 9, desayuna té y tostadas, lee sus e-mails, los diarios, a veces va al bar. "Especialmente los domingos. Me encanta encontrar una linda mesa, sentarme y desplegar los diarios. Son días en los que la hora no importa. En la semana es diferente. Entre la gimnasia, algún médico, las clases de vocalización, el teatro, alguna participación en televisión (está por grabar unos capítulos de El tiempo no para, por Canal 9), no queda mucho tiempo para ese tipo de disfrute."

Aunque tiene hits culinarios como el budín de zapallo, hace tiempo que la actriz no tiene ganas de meterse en la cocina. "Son etapas. También influye que Anita está en una edad en la que va y viene. Y a veces no me dan ganas. Supongo que yo también estoy pasando por una etapa especial... no sé, ando bastante cambiante. A veces veo todo negro, pero luego me sorprendo al descubrir de golpe tanta claridad. Cosas que parecían sin salida terminan ordenándose bien. Qué sé yo, supongo que así es la vida."

Tiene un gran grupo de amigas famosas (Vera Fogwill, Nya Quesada, Paola Krum, María Onetto y Marita Ballesteros, por ejemplo); escucha tango, a Juana Molina, a Liliana Herrero, y a veces padece insomnio. "Entonces recurro a Discovery Channel."

Cuidadosa de su aspecto, no la horroriza el paso del tiempo ni piensa entrar en la vorágine del mundo siliconado. "Me asombra que tantas mujeres crean que una operación podrá salvarlas de alguna cosa. ¡Si los problemas de la vida van a seguir existiendo y el paso del tiempo es inexorable! Por supuesto que por momentos no me banco envejecer, pero también sé que en algún momento voy a estar enferma y me voy a morir. Por eso trato de ser feliz, hacer cosas interesantes, cuidar los afectos."

Y no es casual que mientras dice esas palabras entre en el mismo bar Axel Pauls, su ex marido. "Nos llevamos bárbaro y nos respetamos. Además, juntos tuvimos la linda idea de tenerla a Anita. Que no es poco."

Flavia Fernández

Busnelli exprés

Hombres: “Eso de que los hombres les tienen miedo a las mujeres famosas y demás no lo entiendo. Yo creo que todos tenemos miedo a un encuentro. Desconozco cómo son los hombres, no sé qué les pasa... La verdad es que odio generalizar”.

Calle: “Hay momentos en que uno se levanta y no quiere verse, así que no es raro suponer que en esos días lo mejor es no ver a nadie. Pero salir a la calle a veces es grato. Me gusta dar con gente que comenta un trabajo mío. Pero también me crucé con plomos terribles, personas que hablan de cualquier cosa. Ayer, por ejemplo, di con alguien que me sorprendió. Había visto la obra y estuvo muy bien lo que me dijo”.

Manía: “Como un par de veces me fui y dejé el gas prendido, ahora se me creó una obsesión: muchas veces salgo y debo volver a revisar”.

Pucho: “Yo sabía que sólo iba a dejar de fumar cuando me sucediera algo. Y sucedió. Hubo una radiografía confusa, me pegué el susto de mi vida y abandoné el vicio. Por suerte salió todo bien”.

País: “Me duele la pobreza y que los gobernantes digan que no se puede hacer nada, o que hay que esperar. Me parece que es un asunto urgente. Yo, como cualquiera, hago lo que puedo. A veces doy unas monedas, otras algo para comer y hago otro tipo de tarea. Pero me da pudor hablar de eso. Sólo deseo que algo cambie, que podamos verlo”.

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